Espero que no lo cumplan, pero los presidentes de Primera División quieren sacar los colores al sentido común y lanzar el reto de ponerse en huelga para el próximo día 13 alegando que el Gobierno no ha atendido ninguna de peticiones, alguna de ellas tan positiva para los aficionados como es la de cargarse el partido en abierto de los sábados. En los tiempos de crisis que vivimos el común de los mortales, me cuesta mucho entender como van a poder vender que es un sector que tiene problemas cuando entre el Real Madrid y Barcelona, los principales instigadores de la idea, se han gastado este verano unas cifras que superan los 400 millones de euros solamente en fichajes. Es una medida tan torticera que hasta el Gobierno debería tomar sus medidas y aplicar mano dura en caso de cumplirlo. Pese a que nos intenten adornar el envoltorio alegando que no les dan más dinero de las quinielas, no les rebajan el IVA o les pagan poco dinero por la televisión, la realidad es que todavía andan con el morro torcido debido a que de las pocas decisiones afortunadas que ha tenido Zapatero en los últimos tiempos se han acabado las carantoñas fiscales para los galácticos que cotizaban menos que cualquier currante que todos los días se tiene que levantar a las seis de la mañana para ganar mil euros al mes.
Es el colmo que cuando en todas las cosas normales es un triunfo llegar a final de mes y el ERE es el gran fantasma que no nos permite dormir con tranquilidad, tengan que ser los empresarios los que nos enseñan el camino de luchar en la calle, mientras los sindicatos han perdido todo su poder de conseguir mejores condiciones para los trabajadores. Si al final se comete este atropello lanzo un reto a todos los aficionados. Al día siguiente todos los aficionados deberían hacer mutis por el foro y no acudir a los campos. ¡Basta ya de tomaduras de pelo!. Todavía los presidentes de trajes caros no han terminado de entender que el fútbol solamente existe por el corazón y la ilusión de los aficionados. Nadie se deja los euros por los aciertos de sus hombres de mercadotenia. Salvo el Villarreal ninguno ha tomado medidas para permitir que los seguidores con problemas económicos puedan seguir viendo a sus ídolos. Además se permiten el lujo de menospreciarles y señalar que ahora sus dineros representan unicamente un veinte por ciento del presupuesto total. Hasta se permiten el lujo de asegurar que en un futuro el horario de los domingos deberían ser las tres de la tarde, por aquello del potencial del mercado asiático. Siguen sin aprender, en esta zona las apuestas deportivas son una pasión y las que provocan más de una investigación como la que ha enviado la FEF a la Fiscalía sobre el empate de las Palmas-Rayo de la temporada pasada.
El que va de mal en peor es Laporta. No me voy a escandalizar con las fotos de su fiesta en Barcelona, pero es que la sombra de Sandro Rosell le está atormentando. Sabe que tiene pocas oportunidades de que su delfín sea el elegido y el que fue su vicepresidente va a tomar el relevo y dar un giro a toda su política de actuación. Le siguen creciendo todos los enanos y hasta un representante le pide diez millones de euros por comisiones. Debería reflexionar y salir por la puerta grande y olvidarse de tantas renovaciones. Los nuevos pueden apostar por otra política deportiva, ya que entre otras cosas lo de Cesc es algo más que una realidad y más con los problemas económicos que ahora se están viviendo en Dubai y que afectarán a la tesorería del Arsenal. Su triplete es histórico y el problema es que lo sigue utilizando como arma para subir puntos en sus aspiraciones políticas, que convencen a muy pocos ya que siempre tiene el colchón azulgrana. Está consiguiendo incluso que más de uno de sus devotos comiencen a hacer comparaciones con Gaspart, y entienda que pierde por goleada.