martes, 23 de febrero de 2010

El bueno, el feo y el malo

EL BUENO: VILLA SIGUE SIENDO EL MEJOR DELANTERO DEL MUNDO
Soberbia, espléndida y definitiva su exhibición ante el Getafe. Ya tiene 17 goles en su casillero y esta haciendo una campaña para enmarcar pese al verano tan movido que ha tenido. Ya es el jugador que más deseos despierta en toda Europa, incluídos Real Madrid y Barcelona, y el Valencia de Manuel Llorente sabe que es la llave a sus penurias económicas, ya que ha cumplido más de un año en las que las obras del nuevo estadio están paralizadas ante la falta de liquidez. Incluso, el propio Del Bosque, a la expectativa sobre la recuperación de Fernando Torres, sabe que se va a convertir en la referencia de su selección que sale en el Mundial con la condición de gran favorito para llevarse el título. Nunca ha alzado la voz y ahora es el mismo el que lleva sus negociaciones en el más absoluto de los silencios.

EL FEO: GÓMEZ-NAVARRO Y AZTIAZARAN TOMAN EL PELO A LOS DIRECTIVOS

El que fuera Secretario de Estado para el Deporte, Javier Gómez-Navarro, padre de la mal parida Ley de Sociedades Anónimas para el fútbol, se descuelga con unas declaraciones asegurando que la culpa es de los gestores. Un absurdo. La culpa es de él mismo que con esta normativa y los Planes de Saneamiento dieron libertad absoluta para el desmadre en el que se ha convertido la Liga Profesional y en la que el aficionado cada día pinta menos. En cuanto al dirigente de los clubes, José Luis Astiazarán, se le ocurrió hablar de rebajar el IVA. Justa petición que debería tener el Consejo hace tiempo, pero se olvida de otras como el mecenazgo que permite en Italia e Inglaterra que lleguen las grandes fortunas como inversores. Lo que sucede es que está más pendiente de las órdenes de las televisiones de defender a sus afiliados.

EL MALO: A MOURINHO LE PONEN UNA SANCIÓN EJEMPLAR

No va a cambiar. Le encanta su papel de chico malo, borde, mal educado y desagradable y el juez deportivo italiano le bajó los humos con una sanción de tres partidos y 40.000 euros por su gestos y provocaciones contra el árbitro en la cita contra la Sampdoria. Ya basta de que el jefe de la clase siempre sea el más impertinente. Es presumible que no cambie y por eso todavía Florentino sigue sin estar convencido de la posibilidad de que sea el encargado de llevar los destinos de su plantilla. La mujer de César aparte de honrada lo tiene que parecer y la única que verdad es que el técnico luso sigue siendo en todos los clubes que dirige un auténtico problema que llama más la atención por sus salidas de pata de banco y no por sus profundos conocimientos que en la mayoría de las ocasiones son de los mejores que hay en el mundo.

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