domingo, 15 de noviembre de 2009

Pesadillas del pasado

LA PESADILLA DE LA LEY DE SOCIEDAD ANÓNIMAS DEL PSOE QUE ATACA LA ILUSIÓN DE LOS AFICIONADOS

En Julio de 1991, Javier Gómez-Navarro a la sazón secretario de Estado para el Deporte, se creía que había descubierto la cuadratura del círculo con su maravilloso decreto de transformación de los clubes deportivos en Sociedades Anónimas, salvo el caso de Real Madrid, Barcelona, Osasuna y Athletic, con la finalidad de que los directivos se hicieran cargo de las deudas que podrían generar durante su mandato. Más que una ley era intentar ganarse para la causa para el periodista de moda, José María García, que llevaba años vendiendo este pollino que se utilizaba en la Liga Inglesa. Fue una tropelía de consecuencias nefastas y cuyos resultados se están pagando ahora. Atlético, Betis, Mallorca, son alguno de los conjuntos acogidos a esta normativa y que ahora tienen a sus aficiones en pie de guerra ya que lo que están pidiendo con insistencia es un cambio de dueños, pero el problema es que nadie aparece con la billetera preparada y la intención de comprar una empresa que en la mayoría de los casos unicamente arrojan pérdidas.
La consecuencia más nefasta de esta torpeza del PSOE ha sido la de cargarse el corazón de los equipos de fútbol, que solamente existe en función del acompañamiento y veneración de sus aficionados, que ahora mismo no representan nada en el día a día de la entidad, no se les consulta, no tienen capacidad de pronunciarse salvo las pañoladas de las gradas en los días de partido y tienen que leer en los periódicos como sus presidentes aseguran que sus ingresos representan escasamente un veinte por ciento de la totalidad de ingresos. Tienen que soportar mil y un atropello y nadie se ha parado a pensar que el día que se cansen, el negocio se vendrá abajo: las televisiones dejará de pagar millonadas y mucho menos las firmas que visten a las estrellas si dejan de comprar sus productos. No puede ser que tengan que estar pendientes de los caprichos de todo, que nadie escuche sus derechos y encima tengan que aplaudir y como se cargan las tintas cuando se enfadan con sus colores.
Pero, hecha la ley, hecha la trampa y ahora con la ley concursal todo vale y hasta el momento la deuda del fútbol ha ido creciendo y ni un directivo ha pasado por tribunal alguno que le pidiera las cuentas correspondientes por su irresponsable gestión. Hasta el resto de equipos profesional, salvo los tocados por la mano divina para no dar este paso, estiman que están en clara desventaja y que las diferencias se están haciendo abismales tanto en el terreno deportivo como en el económico. Nadie asume las ventajas y los más avispados se han lanzado a la caza de los jeques árabes que les permitan codearse con los importantes. El problema es que estos señores se han decantado por Inglaterra, debido a que es la sede de sus negocios particulares y de momento España no les da muchos alicientes para invertir. Ya, el colmo es que hablen de huelga por la subida impuestos a sus galácticos, o cambiar los horarios a las tres de la tarde para el mercado asiático. Es el momento de que todos peguen un puñetazo en la mesa, y que sepan los grandes beneficiados que sin ellos, los maravillosos aficionados, habría que colgar el cartel de desaucio a un deporte que ha perdido desde hace tiempo su horizonte de grandeza.

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